Shinzo Abe renuncia como primer ministro de Japón, una información compartida por Mariano Aveledo Permuy
Economía, Japón, Mariano Aveledo Permuy
Les comparto este artículo publicado por el ABC de España, en el cual indican que Shinzo Abe, el primer ministro de Japón ha anunciado hoy su dimisión por razones de salud. Este indivíduo será recordado por implementar el “Abenomics” (una combinación de su apellido y “economics”), un plan que basado en “tres flechas”: expansión monetaria, estímulo fiscal y reformas estructurales, buscó sacar la economía Japonesa del letargo de los últimos 20 años:
“La misma enfermedad que ya le obligó a dimitir en 2007 ha vuelto a tumbarle trece años después. Shinzo Abe, el primer ministro de Japón que más tiempo llevaba en el cargo, ha anunciado este viernes su dimisión al empeorar la colitis ulcerosa crónica que sufre, que había conseguido controlar con un nuevo medicamento tras volver al poder en 2012.
Pero una revista publicó que había vomitado sangre en julio y sus recientes visitas al hospital han confirmado lo que muchos ya se temían: la reaparición de esta enfermedad intestinal, probablemente agravada por el estrés del puesto en un año especialmente duro por la pandemia del coronavirus. «Como ya no estoy en condiciones de responder con confianza al mandato del pueblo, he decidido no seguir en el cargo de primer ministro», explicó Abe ante la Prensa, según informa la agencia de noticias Kyodo. Además de reconocer que «una salud pobre puede derivar en decisiones políticas erróneas», pidió perdón por no poder seguir al frente del Gobierno nipón. «Me gustaría disculparme sinceramente ante el pueblo de Japón por dejar mi puesto cuando todavía me queda un año y en medio de la incertidumbre por el coronavirus, cuando hay todavía algunas políticas en fase de ser implementadas», dijo inclinándose ante las cámaras. Pero la enfermedad se agravó a mediados de julio y ahora mismo está siguiendo un tratamiento que exige una atención regular y le impide seguir trabajando.
Tras su renuncia, Abe seguirá en el cargo hasta que se elija un sucesor. El martes, el Partido Liberal Democrático (PLD) decidirá cómo nombrar al próximo primer ministro, seguramente con una elección entre sus diputados y miembros. Entre los candidatos ya se perfilan el viceprimer ministro Taro Aso; el secretario jefe del Gabinete, Yoshihide Suga; el exministro de Defensa Shigueru Ishiba, crítico con Abe; y el jefe de Política del Partido, Fumio Kishida. Aunque el primer ministro se negó a comentar su relevo, este último sería su elegido. Pero su nombramiento dependerá de los miembros del Partido primero y, luego, de una votación en el Parlamento. Sea quien sea, el sucesor solo podrá estar en el cargo hasta septiembre de 2021, cuando concluye el mandato de Abe.
Por segunda vez en su vida, el primer ministro se ve forzado a dejar la política justo cuando acaba de convertirse en el mandatario que más tiempo llevaba en el cargo, aportando estabilidad a los tradicionalmente fugaces gobiernos nipones. Para su desgracia, Abe se marcha en el peor momento para su imagen pública, con su índice de aceptación marcando un raquítico 36 por ciento por el coronavirus. A tenor de una encuesta de la agencia Kyodo en julio, el 59,1 por ciento de los japoneses estaba insatisfecho con la gestión gubernamental de la pandemia, y eso que no ha sido tan catastrófica como en Europa y América.
El primer ministro deja el cargo con la frustración de no haber podido levantar la economía pese a sus programas de estímulo, bautizados como «Abenomics», y de no haber presidido la inauguración de los Juegos Olímpicos de Tokio, que se iban a celebrar este verano y han sido aplazados un año por la pandemia. Para el recuerdo queda la imagen de Abe disfrazado de Super Mario cuando tomó el relevo hace cuatro años en la clausura de Río de Janeiro. Pero, sin duda, lo que más debe pesarle es no haber reformado la Constitución pacifista de Japón, como se había propuesto. Aunque en 2014 y 2016 consiguió ampliar el papel de la Fuerzas de Autodefensa niponas para que pudieran ayudar a un aliado incluso si Japón no era atacado, nunca logró el apoyo social necesario para convertirlas en un Ejército propiamente dicho. Teniendo en cuenta que solo tiene 65 años, no hay que descartar que vuelva a presentarse al cargo si se mejora otra vez de su enfermedad.”
Una información compartida por Mariano Aveledo Permuy
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